Ciencia abierta, Comunismo y Astrología: Entrevista a Alexandra Elbakyan
(14/06/2021)
Entrevista completa: http://accesoabierto.fahce.unlp.edu.ar/entradas/ciencia-abierta-comunismo-y-astrologia-entrevista-a-alexandra-elbakyan
Entrevista, diseño e introducción a cargo de H C-(M)
Traducción a cargo de Carolina Monti
En marzo de 2021, la Unidad de Delitos de Propiedad Intelectual de la Policía de Londres emitió una advertencia a los estudiantes y universidades para dejar de visitar Sci-Hub, el primer sitio web que brinda acceso masivo y público a millones de artículos de investigación científica, un proyecto diseñado, programado y mantenido por Alexandra Elbakyan desde 2011. El comunicado de prensa muestra palabras como “malicioso”, “phishing”, “acceso comprometido”, “ciberdelito”, “malos actores”, “fraude” y “piratería” para construir un perfil específico que especula sobre el uso activo del sitio. La medida no es sorprendente o interesante para los estándares de Sci-Hub, debido a su ascenso como una de las fuentes / archivos más importantes para la investigación científica a nivel mundial Elbakyan ha aprendido a lidiar con suspensiones en plataformas de redes sociales, bloqueos permanentes, órdenes de eliminación, procesamiento legal por infracción de derechos de autor, acusaciones de espionaje, censura y reacciones de los medios. Pero no todas las experiencias son hostiles de antemano, el escrutinio y la retroalimentación tomados de las conversaciones públicas y privadas sobre los aparatos que usan el conocimiento con fines de lucro también diseñaron una reputación para Elbakyan durante todos estos años, colocándole como una figura incomparable para hablar sobre la redistribución digital (Elbakyan también es conocida como la Robin Hood de la Ciencia), y no solo eso, la forma de operar e interactuar de Sci-Hub pone interesantes interrogantes sobre los límites de la propiedad en línea y la participación de las instituciones académicas con respecto al acceso abierto.
2021 traerá momentos retrospectivos para Sci-Hub, en septiembre S-H celebrará una década de existencia, que con suerte abrirá reseñas sobre el impacto del servicio ininterrumpido que brinda el sitio, análisis sobre los perfiles realizados sobre Elbakyan en el ámbito público, y nuestro papel en el actual modelo corporativo de producción / acceso del conocimiento científico.
En junio de 2020, me comuniqué con Alexandra para tener una conversación extendida que cubriera la revolución científica de S-H, las prácticas de copiar + pegar archivos a favor de la abolición de los derechos de autor, el Departamento de Justicia de EEUU apuntando a SH como un proyecto de espionaje encubierto, la propiedad privada en la ciencia, los prejuicios contra las mujeres en las tecnologías de la información, la astrología y su nexo con los flujos de información y los intentos de Elsevier de bloquear Sci-Hub en todo el mundo.
Esta conversación apareció anteriormente en una versión más corta en Netzpolitik.org.
H C-(M): Múltiples perfiles te comparan y te asocian con otros proyectos o personajes histórica y culturalmente relacionados con la piratería online en los Estados Unidos — desde Piratebay, Megaupload y Napster hasta Wikileaks, Edward Snowden y Chelsea Manning. ¿Qué opinas sobre cómo los medios de comunicación informan sobre Sci-Hub? Pienso en particular en un artículo de Nature de 2016 y en un perfil publicado en The Verge en 2018, ambos citados regularmente en relación a Sci-Hub.
Alexandra Elbakyan: En mi opinión, la cobertura mediática de Sci-Hub fue muy escasa, injusta y tendenciosa. Incluso diría que el debate sobre el sitio fue censurado en los medios. Sci-Hub es una verdadera revolución en la ciencia comparable a CRISPR, pero los medios prefieren guardar silencio al respecto.
Sci-Hub comenzó en 2011 y desde el principio fue reconocido como un proyecto revolucionario de Ciencia Abierta y ganó una enorme popularidad entre los investigadores. Pero solo en 2016 empezaron a aparecer artículos en los medios de comunicación. Esa censura es quizás el resultado de la percepción general de Sci-Hub como un proyecto ruso opuesto a los Estados Unidos.
Diría que la discusión sobre Sci-Hub en la revista Nature es muy pequeña en comparación con su impacto real. En particular, Nature publicó descripciones muy detalladas de proyectos de ciencia abierta como Unpaywall, con imágenes. El proyecto Unpaywall es minúsculo en comparación con Sci-Hub, pero Nature sólo publicó unos artículos muy breves sobre Sci-Hub, sin imágenes. Así que algunos lectores de la revista que no saben mucho sobre el tema tendrán la impresión errónea de que Unpaywall es mucho más grande que Sci-Hub, porque lo han descrito en detalle mientras que la discusión sobre Sci-Hub fue mínima. Pero en realidad, es lo contrario: Unpaywall es diminuto comparado con Sci-Hub. Si Nature fuera imparcial con respecto a Sci-Hub, lo habría puesto en su foto de portada en 2016.
Estás en lo cierto al afirmar que incluso los artículos sobre Sci-Hub que han aparecido en los medios de comunicación no se centran en el proyecto en sí, sino en comparaciones, tratando de menospreciarlo y presentarlo como algo secundario, cuando en realidad es revolucionario y único. En el artículo de The Verge, los periodistas han presentado una imagen sesgada de mi conflicto con el fondo científico ruso “Dinastía”, apoyándolo. ¡Ni siquiera se molestaron en preguntar sobre la información que recolectan para que pueda comentar sobre eso!
La información errónea aparece no sólo en los medios de comunicación, sino también en fuentes más reputadas, por ejemplo, en libros como “Shadow Libraries”, publicado por el MIT, y en disertaciones. Leí algunos de ellos y había graves errores en mi biografía y en la descripción del funcionamiento de Sci-Hub. De nuevo, los autores de estos trabajos ni siquiera se molestaron en ponerse en contacto conmigo.
Sin embargo, en los medios de comunicación rusos la situación actual es mucho peor. Se está promoviendo una imagen extremadamente injusta sobre mí; no se publican las cosas buenas sobre Sci-Hub. Se me presenta como una persona que bloqueó el acceso a la literatura académica, mientras que la realidad es la contraria. Yo abrí el acceso, no lo bloqueé. Además, normalmente los periodistas adjuntan a sus artículos mi foto más horrenda que puedan encontrar, en lugar de pedirme que les envíe una buena foto. Supongo que algunas de las malas publicaciones en medios de comunicación sobre mí y Sci-Hub podrían estar directamente financiadas por Elsevier.
HC-(M): Existe un patrón actual de tácticas legales que etiquetan palabras o términos comunes empleados en actividades de conocimiento abierto como criminales por asociación al acceso gratuito y la propiedad privada de textos. ¿Por qué creés que se han utilizado estas tácticas legales bajo el argumento de la pérdida capitalista para intentar frenar las redes de intercambio y los repositorios de archivos?
AE: Existe una enorme industria en torno a la publicación científica y las leyes de copyright en general, y tienen suficiente dinero y poder para apoyar el statu quo.
H C-(M): ¿Creés que las medidas contra vos, como la persecución legal dirigida por Elsevier para que cese Sci-Hub en 2015, son similares a los maleficios de la Edad Media que se usaban para proteger contra el robo de libros?
AE: En la Edad Media los libros se copiaban a mano y era una tarea muy tediosa y los libros eran de gran valor. Así que para protegerlos de robos, un método popular era insertar un maleficio al principio o al final del libro, de modo que si alguien lo robaba sería maldecido e iría al infierno o se enfermaría o le ocurriría algo muy malo. Como Elsevier y otras editoriales también insisten en que sus libros y artículos están siendo robados por sitios web como Sci-Hub y Library Genesis, pensé que sería bastante divertido que también intenten usar maleficios para proteger sus artículos y libros. ¿Quizás sea un mejor método que demandarnos por copyright?
H C-(M): Es fascinante cómo la tensa relación entre EE.UU. y Rusia durante la Guerra Fría juega un importante precedente en la opinión pública para generar complots y teorías sobre los orígenes y las intenciones de Sci-Hub en territorios con copyright, a pesar de que has insistido una y otra vez en que Sci-Hub es un proyecto que iniciaste en 2011. Estas teorías sugieren un pletórico abanico de posibilidades, desde un proyecto totalmente financiado por la Inteligencia Rusa, hasta una investigación en curso dirigida por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos que señala a Sci-Hub como un proyecto de espionaje encubierto. ¿Cuál es tu respuesta a estas acusaciones y qué hay detrás de la constante aparición de tramas conspirativas contra Sci-Hub?
AE: En primer lugar, estas sospechas son comprensibles: Sci-Hub es un proyecto abiertamente comunista, procedente de la antigua URSS o Rusia, con una foto de Lenin fijada en su página de Twitter. Yo estudié seguridad informática en la universidad, apoyé la política de Putin y Sci-Hub utiliza supuestamente credenciales hackeadas para entrar en los sistemas universitarios. Todos estas cosas en conjunto crean una imagen clásica de alguna inteligencia rusa. También las autoridades estadounidenses podrían sospechar que Sci-Hub es un intento de influencia sobre los investigadores estadounidenses por parte del gobierno ruso.
Y la segunda razón de las conspiraciones es que Sci-Hub es un proyecto muy genial y avanzado. Entonces mucha gente piensa: ¿cómo puede una mujer armenia que viene de Kazajistán crear esto sola? Tiene que haber un equipo de desarrolladores detrás, etcétera. Aún tenemos muchos prejuicios contra las mujeres, sobre todo las jóvenes — todavía mucha gente piensa que las mujeres no pueden hacer programación o un trabajo serio en TI — prejuicios contra la raza y los países. Basta con pensar en la película Borat sobre Kazajistán. Después de ver esta película, ¿quién puede creer que algo grande como Sci-Hub — y mucha gente lo considera grande — pueda salir de Kazajistán? Y así sucesivamente. Lo más gracioso es que, a causa de todo esto, ¿quién me va a considerar para algún gran trabajo? Por lo tanto, lo único que puedo hacer es trabajar en un proyecto que es ilegal en todos los países. Pero incluso entonces ese trabajo no será considerado mío. Es necesario notar que estos prejuicios eran mucho más fuertes hace unos años, cuando empezó Sci-Hub, ahora se están debilitando.
H C-(M): En 2016 Marcia Mcnutt (ex presidenta de la Academia Nacional de Ciencias) escribió una columna para la revista Science titulada Mi amor-odio a Sci-Hub en la que argumenta que la descarga de artículos desde Sci-Hub podría generar daños colaterales para los autores, editoriales, universidades, las becas y la educación científica, entre otros ámbitos. El escenario de amor-odio que pinta Mcnutt es, sin embargo, confuso para el debate que quiere abrir sobre el conocimiento corporativo dentro de las instituciones, ya que todo el texto deja serias grietas en su descripción del funcionamiento del sistema editorial. Accidentalmente, en el mismo texto, evidencia una cadena de explotación normalizada hacia los investigadores de su comunidad — al no recompensarlos. En sus propias palabras: “Las revistas tienen costos reales, aunque no paguen a los autores ni a los revisores, que ayudan a garantizar la precisión, la coherencia y la claridad de la comunicación científica”. Si el acceso significa poder y el poder se alimenta de altas cantidades de dinero, ¿qué pretenden las normas de acceso a la información políticamente correctas, sino la acumulación de capital?
AE: Por supuesto que Sci-Hub genera daños: daños al statu quo, porque las viejas formas de hacer las cosas mueren y nace una nueva realidad — lo que se percibe como daño a las viejas formas es sólo transformación y cambio.
En su artículo, Marcia McNutt dice: “Los autores no se benefician de las estadísticas de descargas, por ejemplo, que se utilizan cada vez más para evaluar el impacto de su trabajo”. A mí no me parece una objeción de mucho peso. Al fin y al cabo, ¿el verdadero impacto se produce cuando se cita un trabajo, no sólo cuando se descarga? Yo descargo muchos trabajos para leerlos más tarde, por ejemplo. Podés descargar y leer algún artículo porque tiene un título atractivo, pero puede resultar inútil para tu trabajo.
Sci-Hub registra las estadísticas de descarga, aunque no son públicas, pero todas las estadísticas de descarga se vienen registrando desde 2011 y tengo un plan para añadir el número de vistas de cada artículo en el futuro. Así que Sci-Hub puede adaptarse para proporcionar dicha información.
El artículo continúa… “Las bibliotecas no pueden hacer un seguimiento adecuado del uso de las revistas que ofrecen y podrían acabar discontinuando títulos que son útiles para su institución. A medida que las instituciones cancelan las suscripciones, disminuye la capacidad de las sociedades científicas sin ánimo de lucro para proporcionar revistas y apoyar a sus comunidades de investigación.” En mi opinión, es muy bueno que las instituciones cancelen las suscripciones, porque tenemos que deshacernos de ese modelo de suscripción anticuado que funciona bloqueando el acceso al conocimiento a todos los que no han pagado una suscripción. No lo veo como un daño, sino como algo bueno.
El argumento sigue siendo que las revistas tienen costos reales. Mi respuesta es que los precios que se cobran actualmente por las suscripciones no sirven para cubrir los costos, sino simplemente para aumentar las ganancias. Un ejemplo para ilustrar esto es que los artículos publicados en los años 2010s y anteriores son de acceso pago. ¿Por qué? No hay ninguna razón: estos artículos se publicaron hace más de 10 años. ¿No se han cubierto ya los costos de su publicación? Podrían ser gratuitos, pero se mantienen con acceso cerrado sólo para extraer más ganancias.
H C-(M): La distribución pirata sin fronteras de Sci-Hub está generando no sólo capital científico, sino también cultural, en una disponibilidad de conocimiento nunca antes experimentada. Dejando a un lado las barreras lingüísticas, las capacidades de desarrollo científico en países con poca investigación pueden tener un crecimiento importante en los próximos diez años gracias a Theft Trade Communication. En una presentación que hiciste este año sobre la mitología de la ciencia, titulada La idea de la ciencia abierta, planteaste una afirmación inesperada: la ciencia moderna surgió del robo. ¿Cuál es el nexo entre conocimiento, comunismo y robo dentro de tus estudios sobre la historia cultural de la ciencia?
AE: Desde más o menos 2010, tengo como hobby la astrología (sí, sé que se considera una pseudociencia) y en la astrología moderna, el planeta Mercurio es responsable de toda la comunicación y el flujo de información. Eso es porque Mercurio es un antiguo dios del lenguaje y el discurso, el comercio, los viajes y el robo. Pienso que eso se corresponde muy bien con la misión de Sci-Hub (smile emoji ☺) y la idea común detrás de todas estas diferentes actividades es la idea de la comunicación. Podemos encontrar dioses similares en otras culturas y también son dioses del conocimiento, y el dios Mercurio se desarrolló posteriormente como dios de la alquimia, la astrología o las primeras formas de ciencia. Lo que podemos ver aquí es que la ciencia desde su inicio estaba conectada a la comunicación o a la idea de hacer algo común. De modo que la propiedad privada de la ciencia por parte de las corporaciones es contradictoria con la propia ciencia.
H C-(M): También vale notar el alto contraste entre las manifestaciones gráficas de Elsevier y Sci-Hub y lo que cada una representa y significa en relación al poder y la información. Siempre me he preguntado por la génesis del logo de Sci-Hub, porque en este caso los grafismos van más allá de lo simbólico.
AE: La historia del logo de Sci-Hub es menos intrigante de lo que parece. Cuando comenzó en 2011, su primer logo era una simple hoz y martillo soviéticos, y cuando el puntero del mouse pasaba por arriba, aparecía un texto que decía: “El comunismo es… la propiedad común de los medios de producción con libre acceso a los artículos de consumo.”
Tomé esta definición de comunismo de una página de Wikipedia y encajó muy bien en Sci-Hub. Tuve suerte porque esa definición era sólo de 2011 — si revisás las versiones anteriores de los artículos de la Wiki sobre el comunismo o las posteriores, no contienen nada sobre el “libre acceso a los artículos.”
En 2014 creé un grupo en una red social para reunir a los usuarios de Sci-Hub (vk.com/sci_hub). Primero usé la tabla periódica de Mendeleev como logo, después fue una serpiente alquímica. Más tarde decidí buscar en Google algunas imágenes con una llave y libros, y encontré un cuervo sentado sobre unos libros, sosteniendo una llave. Me encantó esa imagen e inmediatamente la puse en el grupo. Más tarde, en 2015, decidí rediseñar el sitio web y crear un diseño más actual, y utilicé ese logo del cuervo.
H C-(M): Ahora que descubriste rutas atractivas para estudiar patrones de información y similitudes a través de la historia, ¿qué pensás sobre el futuro del consumo de archivos compartidos bajo las severas regulaciones de la red?
AE: Es bastante difícil predecir el futuro, pero espero que todo vaya bien con Sci-Hub y que tenga millones de visitantes diarios, no sólo medio millón, y sea reconocido como un proyecto legal.
H C-(M): Estamos en medio de importantes cambios a nivel institucional, corporativo y cultural en el contexto de la Ciencia Abierta y el acceso a la información. En junio de 2020 el MIT finalizó las negociaciones con Elsevier para un nuevo contrato, y recientemente la Universidad de California también renovó las negociaciones lanzando resoluciones de acceso abierto con la compañía. Al mismo tiempo, muchas universidades están inaugurando protocolos e iniciativas para garantizar un acceso amplio y gratuito a los recursos académicos. ¿Considerás que estas medidas son suficientes para abolir la economía de las barreras de pago?
AE: Como podemos ver, las barreras de pago siguen existiendo, y Sci-Hub está recibiendo mucho tráfico. Podría ayudar si todas — o la mayoría — de las organizaciones científicas dejaran de apoyar el sistema de barreras de pago, no solo el MIT y la Universidad de California.
H C-(M): En mayo de 2020 fuiste nominada para el Premio John Maddox por Fergus Kane después de casi diez años de navegar por aguas densamente corporativas. Un detalle curioso del premio es que cuenta con el apoyo de la revista científica internacional Nature, y el equipo de noticias de Nature cubrió desfavorablemente la batalla legal de Sci-Hub en los tribunales de Nueva York. ¿Qué opinás de esta nominación y qué importancia puede tener para el potencial de Sci-Hub?
AE: ¡He visto muchas veces en las redes sociales como la gente dice que debería recibir un Premio Nobel por Sci-Hub! Así que espero un Premio Nobel, no sólo un John Maddox, pero por supuesto la condición de premio de Sci-Hub es tan injusta como su condición de medio. Sci-Hub ha existido durante 9 años, alabado — y a veces adorado — por investigadores de todo el mundo: mucha gente dice que sin Sci-Hub apenas podrían hacer ciencia, el proyecto es extremadamente popular y se considera revolucionario y… ¡en los nueve años de su existencia nunca obtuvo un solo premio! Esa nominación de John Maddox es un pequeño paso hacia la justicia.
H C-(M): ¿Podrías ampliar la afirmación que hiciste sobre las similitudes de Neuralink de Elon Musk con tu proyecto Global Brain desarrollado en 2010?
AE: He escrito mucho sobre los chips neuronales en mi blog y he participado en conferencias sobre ese tema. Ahora Elon Musk está trabajando en exactamente lo mismo que yo quería trabajar y de lo que hablaba hace 10 años. Pero no hay tanto trabajo como publicidad: todavía no hay nada hecho, pero todo el mundo conoce ese Neuralink, así que cuando hablas de chips cerebrales o de interfaces cerebro-máquina, la gente piensa inmediatamente que estás copiando de alguna manera a Elon Musk, ¿no? De hecho, ese tema de los chips cerebrales es bastante antiguo, los intentos de desarrollar y discutir algo similar se hicieron en 2003 y antes, todo empezó mucho antes de Elon Musk, pero la publicidad funciona de tal manera que la mayoría de la gente piensa en Neuralink de Elon Musk.
Algo similar ocurrió con Aaron Swartz. Su nombre se asoció tan fuertemente con el tema de los “artículos científicos gratuitos” que cuando la gente finalmente se enteró de la existencia de Sci-Hub se percibió como nada más que una copia en la sombra del trabajo de Aaron Swartz, mientras que en realidad Sci-Hub comenzó y se hizo popular antes de su caso.
Sci-Hub era un proyecto único y extremadamente revolucionario, pero se percibió como una copia en la sombra sólo porque se le dio publicidad después de que el nombre de otra persona se asociara con la idea de liberar la ciencia mediante el robo de documentos de investigación. Al principio, parecía que Sci-Hub debía trabajar duro para liberarse de esa imagen de “imitadora”. Y me pregunto si se está haciendo algo parecido con Neuralink. Elon Musk aprecia muy poco el comunismo, como podemos ver en su twitter. Así que me pregunto si Sci-Hub fue de alguna manera la razón detrás de Neuralink.
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H C-(M) es unx escritxr, diseñadorx gráficx y vector cultural, que se centra en las entrevistas como modelos para explorar temas impulsados por la crítica a Silicon Valley, los medios de comunicación-guerrilla, la estética de la vigilancia y la tecnología + información. Su trabajo ha sido publicado en plataformas como el Institute of Network Cultures, The Wrong Biennale, TTT in Art & Science, The Quietus, Hackteria ZET y Metal Magazine.
Alexandra Elbakyan es desarrolladora web e investigadora centrada en las ciencias neurológicas y cognitivas, el Acceso Abierto y Ciencia Abierta y las teorías del conocimiento, con una licenciatura en Tecnología Informática y un máster en Lingüística por la Universidad Estatal de San Petersburgo (Rusia). Elbakyan es la fundadora de Sci-Hub, el primer sitio web pirata del mundo que proporciona acceso masivo y público a millones de artículos de investigación.
Entrevista completa: http://accesoabierto.fahce.unlp.edu.ar/entradas/ciencia-abierta-comunismo-y-astrologia-entrevista-a-alexandra-elbakyan